Contra más me lo dices, más me cabreas |
Todos tenemos nuestro punto freak. Pero hay personas cuyas peculiaridades superan a las del resto. En la familia Bulos abunda este género, pero hoy voy a hablar en particular de una persona responsable de gran parte de mis genes a la que he escuchado frases como éstas:
-"¿El rey? ¡Juan Carlos el breve, ja, ja, ja!" (Ha cumplido los 74 y ahí sigue...).
-"Hay cosas imposibles, como que el Atlético de Madrid baje a segunda división". (Ejem...).
Un Aramis en casa. |
Y últimamente le escucho frases que, dada su gran capacidad para hacer de Aramis Fuster, me tranquilizan:
-"El corralito ya está aquí"; "ya lo decía mi padre, lo mejor es guardar el dinero debajo de la almohada" o "el paro no tiene solución".
Él es peculiar. Lleva treinta años sin saber encender el vídeo. De hecho, la tecnología le vuelve loco: fue de los pocos que apostaron por Beta mientras que los videoclubes se llenaban de pelis VHS para alquilar; su primer móvil llegó hace un par de años, y, mientras el mundo se rendía a los pies del iPhone, decidió hacerse con un Nokia. Volvió loca a nuestra familia intentando entender si era mejor comprar un Nokia o un Movistar. Intentando aprender cómo funcionaba y, al ver el escepticismo general, nos dijo: "Ya veréis, voy a saber usarlo mejor que vosotros". Y hay que admitir que se esforzó mucho. Copió íntegro el manual del teléfono y lo subrayó. Pese a todo, la lectura comprensiva no debe de ser lo suyo porque todavía no tiene muy claro cómo mandar un sms.
Este post viene al caso por algo increíble que encontré hace unos días. Buscaba los papeles para hacer la declaración de la renta cuando, de repente, apareció este tesoro:
¡¡¡Son cuatro Din A-3 por todas sus caras!!! |
Atención al detalle del croquis. No le falta de ná |
Que ahora está en mi poder porque se la compró, no llegó a encenderla nunca y afortunadamente la heredé.
Ahora que se ha jubilado ha decidido integrarse en el siglo XXI. Por eso, sus familiares más cercanos decidimos regalarle estas Navidades un iPad. Le hacía ilusión. Pero nadie se imagina la cara que puso cuando vio que no había manual...
Este hombre es el mismo que se ha pasado décadas salvando vidas de desconocidos en uno de los mejores hospitales de España con precisas incisiones que la mayoría no seríamos capaces ni de mirar, y sin que le tiemble el pulso.
Papá, eres genial.