jueves, 30 de agosto de 2012

Duérmete ya, joder


Sandra Bulos
Desde que tuve a mis hijas, mis noches se dividen en dos: aquellas en las que consigo que se duerman a la primera (pocas), y después casi todas las demás: las noches en las que toca pedir agua, pis, agua, pis, agua, pis... y escuchar frases como: "Mamá, quédate un ratito", "mamá, mata al ratonzito Pérez", "mamá, ke guapízima eztaz", "mamá ke quiero, no te vayaz", "mamá, hay un monztruo en mi habitazión, kengo miedo"... Además de llantos sin motivo y sin parar durante horas.
 
Obviamente, eso significa que el día en pareja es nulo, salvo que oír roncar a tu contrincante y después recibir un beso de buenos días cuente. 

Llegados a este punto, los padres competentes te cuentan con una sonrisa de oreja a oreja que si su niño duerme siempre a la primera, que si duerme del tirón, que si no se levanta hasta las once... No sé, pero a mí me generan desconfianza. No tengo claro si mienten en plan mi hijo mola más, o si son esa clase de personas que siempre te cuentan que todo va bien, aunque acaben de tener una bronca. No les creo.


La pesadilla de muchos: Duérmete, niño

Después están los que no paran de quejarse. Pobres. Seguramente tenéis razón, pero me gustaría pediros que no convirtáis vuestras ojeras en una competición de padres sufridores. Sois un poco pesados.


Como primer remedio al insomnio y a la guerra de nervios que supone no dormir en meses, un amigo me aconsejó el controvertido Duérmete, niño, de Eduard Estivill y Sylvia de Béjar. Sinceramente, aunque fue durísimo, me sirvió durante una época para dormir a mi hija mayor y para empezar a tener algún ratito del día para mí.

De Duérmete, niño sólo puedo decir dos cosas: ni mi hija se traumatizó, ni yo lo volví a aplicar con mi segunda hija. Por algo será. Creo que es para casos extremos y es cierto que es cruel, pero vivir años con mis hijas metidas en la cama tampoco me parece lo mejor para ellas ni para mí. Lo que sí me quedó claro de la experiencia es que no haré jamás proselitismo del libro. Hay quien te mira con horror, hay quien cree que sois de la misma secta, y hay quien al día siguiente de ponerlo en marcha te cuenta que acabó en urgencias con su bebé después de que éste se lanzara de la cuna de cabeza.

 

Sólo con leer el título, el libro me conquistó. Qué le vamos a hacer. Una, que es así de simple.
 
Por eso me quedo con un libro (sí, un best-seller, lo siento) en formato infantil -para padres- que en realidad es un poco frívolo, pero es un desahogo para esos días en los que te dan ganas de mandarlo todo a la mierda porque no paran de llorar y de dar el coñazo. Es ¡Duérmete ya, joder! (de Adam Mansbach, Reservoir Books, e ilustraciones de Ricardo Cortés), que obviamente no es muy políticamente correcto, y que os invito a juzgar con esta pequeña muestra:

"El viento susurra en los juncos, tesoro.
Hasta los ratoncillos han dejado de roer.
Llevamos aquí ya treinta y ocho minutos,
pero ¿qué te has creído? Que te duermas, joder".

Brillante.

7 comentarios:

  1. ¡Me muero de risa contigo! :-)
    Qué conste que mis hijos, aunque de día puedes querer asesinarlos, ¡se duermen a la primera y el pequeño hasta las 11h! :-)
    Eso sí: yo creo que eso no depende de lo que hagamos los padres, sino de cómo sean los niños... Que conste.
    Besos

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    1. Bea, que conste que no iba por ti!! Nunca te clasificaría en ese estilo de madre repelente-bolas: sé que lo tuyo va en serio!! Besos

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    2. Ningún problema. ¡Somos unas madres geniales!
      :-)
      Besos

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  2. ¡Genial! De la misma editorial han sacado un libro muy bueno para leerte con tus niñas que te recomiendo, se llama " Tener hijos no es obligatorio, que te den mamá" ...les va a encantar :-))

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  3. jajaja...me parto! En mi caso, he de admitir que tengo el libro, lo apliqué y funcionó, pero no creo que sea mérito del doctor Estivill. Es evidente que si les acostumbras a que se duerman contigo, te van a pedir siempre que te quedes, o si les acostumbras a dormir con la luz dada...enfin, son costumbres. Mi hijo me pide que me quede todas las noches y de hecho me quedo un rato, pero luego me despido y me voy. Y no pasa nada. Es un pequeño ceporro que duerme hasta las 10 y no creo que sea mérito del libro. Pero tampoco pongo en duda que el libro no funcione en casos extremos, que seguro que los hay. Cada niño es un mundo...pero lo importante es participar, no? y si ganas, pues mejor! Cuando venga el segundo, ya veré si lo pongo en práctica. Os iré contando ;) Bss

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  4. Los niños ya saben dormir desde que nacen, de hecho ya duermen en el vientre materno, no hace falta " enseñarles" ...eso si, desde que empiezan a hacerlo siempre están acompañados (dentro de mamá no se puede estar solo) por lo que a lo que quereis " acostumbrarles" es a dormir solitos y eso si que es nuevo...los hay que lo llevan mejor y se conforman y los hay que pasan verdadero pánico y angustia, a estos últimos son a los que el doctor Cruelvill anima a dejar llorar hasta la extenuación...ellos no son manipuladores, ni lo hacen por fastidiar y joderos la vida...solo quiren vuestro amor y compañía por que tienen miedo y se sienten solos...tan sencillo como eso

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