miércoles, 26 de septiembre de 2012

Ya soy del extrarradio

Sandra Bulos
Llevaba años resistiéndome como gata panzarriba, pero ha llegado la hora de admitirlo: me he convertido en carne de urbanización. Toda la vida pateando el barrio de Chamberí, de compras por la calle Princesa, yendo en metro al trabajo o, como dirían Pocholo y Borjamari, "cogiendo un taxi hasta el Vips de Serrano", para ahora pasarme el día montada en un coche de centro comercial en centro comercial. Y lo que es peor: ¡Estoy encantada!


Que viva Malasaña



Sí, sí, pensad que este post es una frivolidad, pero ahora que soy del extrarradio he empezado a fijarme en cosas que antes vivía a diario y de las que ni me daba cuenta. Por ejemplo: Madrid huele a pis. Sí, señora Botella, Madrid huele a pis. Una fanta de limón en una terraza de mierda rodeada de coches puede costar... ¡¡¡3,5€!!! Y el reciclaje de Malasaña... haced la prueba. Dejad algo de ropa o cualquier otra cosa que os pueda parecer inútil en la calle de La Palma, en San Vicente Ferrer o por ahí, y cronometrad a ver cuánto tarda alguien en llevárselo. Es genial.

Además, hay cosas que han cambiado demasiado en apenas cinco años. En primer lugar, los madrileños pagan ahora una tasa de basuras. Y, desde que tienen este nuevo impuesto, la basura no se recoge el domingo: un genio el
pepero que lo ideó. También ha subido el billete sencillo de metro o autobús de 1€ a 1,50€. Y, en vez de llegar más lejos, el viajero ahora sólo puede moverse por ese precio cuatro estaciones. "Sí, es un coñazo", aclara un trabajador de metro. Pero lo mejor de todo es que los madrileños tienen una alcaldesa a la que no votaron y un presidente autonómico al que tampoco votaron. Muy democrático todo.

Vivir fuera, además de lo que siempre se cuenta de las zonas verdes -y que no suele ser verdad-, tiene una gran ventaja: los tacones. Cuando te toca recorrer la ciudad a pie desde que sales hasta que vuelves del trabajo, los zapatos más chorras, como unas botas, te acaban haciendo daño. Pero esto del coche es un invento, oiga. ¿Contamina más? Es verdad, por eso busco trabajo cerca de casa, y no a tomar por saco, costumbre madrileña por excelencia.


Taxis con distintivo antiCoperil, please!!

Por último, y dado que este post es una chorrada como la copa de un pino, una petición a los taxistas de Madrid. Además de la lucecita verde, ¿podían añadir algún tipo de distintivo que nos permitiera huir de los conductores que ponen la Cope a todo trapo? Gracias mil.

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