Maldito 40Café



"Contra" más me lo dices
más me cabreas



Imaginad el plan: 15 parientes de una misma familia (bien avenida) nos ponemos de acuerdo para comprar las entradas del musical El Rey León con cinco meses de antelación. Por fin llega el día. Nos encontramos en la puerta personas que venimos desde distintos sitios de España (Castilla y León, Extremadura y Madrid). Algunos han mantenido el plan incluso estando enfermos (uno de ellos tuerto, ¡ánimo Vicen!) y otros han escapado de serios compromisos para venir al planazo. Empieza la función.

Se me ponen los pelos de punta desde la primera canción. Es de lo mejor que he visto. Es el mismo montaje de Londres. Allí, cuando lo vi hace unos años, me pareció espectacular. Madrid no se queda atrás. Si podéis, id porque merece la pena. Las entradas son caras, y con razón, porque con un montaje así tienen que serlo –lo que no entiendo, señores de entradas.com, son las jugosas comisiones de venta-.

Vale, hasta aquí todo perfecto. Primer intervalo entre canciones. Silencio. ¿¿Silencio?? No. Bajo mis pies noto un temblor. Es una especie de chunda-chunda discotequero que corta bastante el rollo del musical. Parece salir de una discoteca tempranera (¡son apenas las 21h!). Pienso: ¿no estará aquí al lado el 40 Café que abrieron hace poco en Gran Vía? ¿No serán tan cabrones como para poner música maquinera a un volumen tan bestia e irrespetuoso? Tanto, como para que un teatro colindante, con uno de los musicales más importantes de los últimos años, tiemble. ¿Es esto necesario para amenizar su cutreamericanbar?

Pues sí. Confirmado. Al salir del teatro fue lo primero que miré. Ahí estaba. Pared con pared. Con un par. ¿Qué les hubiera parecido a los dueños de la empresa un boicot similar a su musical (salvando TOOOOODAS las distancias del mundo con el que aquí nos ocupa)?

Lo bueno es que Malasaña todo lo cura y ahí estaba el mítico Home Burguer Bar (de las mejores hamburguesas de Madrid, para quienes no hayáis ido todavía –c/ Espíritu Santo-) para darnos de cenar y el gran Lolina Vintage Café listo para recibirnos con unos dulces mojitos en un fantástico ambiente retro.


Nada que ver con el chunda-chunda-dj-bar. Dicho esto, nunca he ido al restaurante de los 40 Principales. No me atrae. ¿Y a vosotr@s? ¿Qué os parece el 40 Café? ¿Merece una oportunidad?



Twitter: @sandra_bulos